
La semana pasada recibimos una consulta para rediseñar una web corporativa. El cliente se quejaba de que, a pesar de tener tráfico, los usuarios no permanecían más de un minuto en el sitio y las conversiones eran nulas. Al abrir la web, de inmediato notamos varios errores de diseño evidentes. Con un análisis más detallado, identificamos otros fallos específicos. Estos mismos errores los vemos repetidamente en las webs de otros clientes que nos solicitan ayuda por cuestiones similares.
El problema es que, día a día, nos encontramos con webs con gran potencial que, sin embargo, no logran crecer debido a estos errores. Es posible que tu web también esté sufriendo por estos mismos fallos. Por eso, hacemos un breve repaso de los errores que más frecuentemente encontramos y corregimos.
Tabla de contenidos
Navegación confusa
¿Te has encontrado alguna vez en una web donde no sabes a dónde ir o cómo encontrar la información que buscas? Una navegación poco intuitiva puede frustrar enormemente a los usuarios.
Menús complicados, enlaces poco claros y una estructura desordenada son problemas comunes que dificultan la experiencia de navegación.
Cuando los visitantes no pueden encontrar lo que buscan rápidamente, suelen abandonar el sitio. Esto provoca un aumento en la tasa de rebote y una pérdida de potenciales clientes.
En pocas palabras, si la navegación es un laberinto, tus usuarios no se quedarán para explorarlo.
Diseña menús claros y accesibles, utilizando nombres de sección descriptivos. Pero no solo se trata del contenido; la parte visual también es crucial. Asegúrate de que los enlaces cambien de color cuando se cliquean y que los botones se destaquen visualmente al pasar el ratón por encima (hover).
¿Tienes sliders o carruseles en tu web? Añade indicaciones visuales como flechas o puntos para que los usuarios sepan cómo interactuar con ellos.
Falta de adaptabilidad
A menudo, una web que luce perfecta en un ordenador puede volverse un caos en un móvil. La falta de adaptabilidad ocurre cuando una web no se ajusta bien a dispositivos móviles y diferentes tamaños de pantalla.
¿Te has encontrado con webs donde el texto es ilegible, los botones son imposibles de pulsar o las imágenes se ven desproporcionadas? Esto es un claro indicio de un diseño no responsive.
Como consecuencia, no solo frustra a los usuarios, sino que también afecta negativamente su experiencia, reduciendo el tiempo de permanencia y, en última instancia, afectando las tasas de conversión. En un mundo donde más del 50% del tráfico web proviene de dispositivos móviles, no optimizar para estos es como cerrar la puerta a la mitad de tus potenciales clientes.
La clave está en implementar un diseño responsive que se adapte perfectamente a cualquier dispositivo. Pero, ¿cómo lograrlo?
- Flexibilidad en el diseño: utiliza layouts fluidos que se ajusten automáticamente al tamaño de la pantalla del dispositivo.
- Imágenes responsivas: asegúrate de que las imágenes se escalen correctamente sin perder calidad o deformarse.
- Tipografía adaptativa: usa tamaños de fuente que mejoren la legibilidad en pantallas pequeñas.
- Pruebas en dispositivos reales: no confíes solo en simuladores; prueba la web en varios dispositivos reales para asegurarte de que todo funcione correctamente.
Contenido obsoleto
Imagina llegar a una web y encontrar información de eventos pasados hace años o productos que ya no están disponibles. Esto no solo es frustrante, sino que también puede hacer que los visitantes cuestionen la seriedad y relevancia de la empresa.
La información desactualizada y el contenido irrelevante, aunque parezca obvio, no lo es. De hecho, muchas empresas se olvidan de quitar descuentos y promociones antiguas, lo que puede ocasionar problemas aún más serios. Si los usuarios encuentran datos viejos o incorrectos, pueden pensar que la empresa no está activa o comprometida con su presencia en línea y optar por la competencia.
Carga lenta
Pocas cosas son tan frustrantes como una web que tarda una eternidad en cargar. Este problema es uno de los mayores asesinos de la experiencia de usuario y puede tener consecuencias desastrosas para tu negocio online.
Una carga lenta lleva a una alta tasa de rebote, ya que los usuarios no están dispuestos a esperar mucho tiempo para que se cargue una página. De hecho, estudios muestran que el 47% de los usuarios esperan que una página cargue en dos segundos o menos, y el 40% abandonará un sitio que tarde más de tres segundos en cargar. Lo que afecta negativamente las tasas de conversión y al posicionamiento web, ya que los motores de búsqueda penalizan las webs lentas
Aquí te dejamos algunas estrategias clave:
- Compresión de imágenes: utiliza formatos de imagen adecuados y herramientas de compresión para reducir el tamaño de los archivos sin perder calidad.
- Minimización de HTTP requests: reduce el número de solicitudes al servidor combinando archivos CSS y JavaScript.
- Uso de un CDN (Content Delivery Network): los CDNs distribuyen el contenido a través de múltiples servidores alrededor del mundo, lo que puede reducir el tiempo de carga.
- Habilitar la caché del navegador: permite que los archivos se almacenen en la caché del navegador para que no tengan que volver a cargarse cada vez que un usuario visita la web.
- Evitar el exceso de vídeos y multimedia: aunque el contenido multimedia puede ser atractivo, sobrecargar la web con demasiados vídeos ralentiza significativamente el tiempo de carga. Por lo que evita poner 30000 vídeos, y sé selectivo con los elementos multimedia que incluyes.
Diseño poco atractivo
La estética de tu web es lo primero que verán tus visitantes y será lo que formará su primera impresión sobre tu empresa.
Un diseño anticuado o desordenado puede hacer que una web parezca poco profesional y descuidada. Esto incluye el uso excesivo de tipografías diferentes, colores incoherentes y una disposición desorganizada de los elementos.
Por eso, invierte en un diseño moderno y profesional que refleje la identidad de tu empresa. Aquí te damos algunas recomendaciones clave:
Uso limitado de tipografías
es recomendable no usar muchas tipografías, ya que además de quedar mal visualmente, como mencionamos en el punto anterior, también ralentiza la web. Normalmente, es mejor usar dos fuentes, como mucho tres: una para los títulos y otra para el resto del texto. Mantener la coherencia tipográfica ayuda a crear una apariencia más pulida y profesional.
Paleta de colores consistente:
No uses una gran cantidad de colores diferentes porque esto puede marear a los visitantes. Lo ideal es usar unos tres colores principales. El color corporativo, generalmente extraído del logo, puede ser el color principal, complementado con blanco o negro/gris para el texto. Si necesitas usar otro color de fondo, elige una tonalidad del color principal para mantener la armonía visual en toda la web.
Además, es crucial considerar el contraste de colores en tu web. Asegúrate de que haya suficiente contraste entre el fondo y el texto para que sea fácilmente legible. Por ejemplo, si el fondo es blanco, evitar usar texto amarillo claro, ya que será difícil de leer. Utiliza herramientas de verificación de contraste para asegurarte de que los colores que elijas cumplan con las pautas de accesibilidad y proporcionen una buena experiencia de usuario.
Diseño limpio y organizado
Asegúrate de que todos los elementos estén bien organizados y de que haya suficiente espacio en blanco para evitar que la página se vea sobrecargada. Un diseño limpio facilita la navegación y mejora la experiencia del usuario.
Elementos visuales actualizados
Utiliza imágenes y gráficos modernos y de alta calidad que se alineen con la identidad de tu marca. Las imágenes anticuadas pueden hacer que incluso un diseño bien estructurado se vea obsoleto.
Logo en SVG
Si tienes un logo nuevo o diseñado por un profesional, es recomendable enviarlo en formato SVG en lugar de PNG. El SVG es un formato vectorial que se redimensiona sin perder calidad, asegurando que el logo se vea bien en todos los dispositivos y tamaños de pantalla. Enviar capturas de logos o imágenes en PNG puede resultar en una pérdida de calidad y un aspecto poco profesional.
Falta de CTA (Call to Action) claros
Un buen diseño web no solo se trata de estética, sino también de funcionalidad. Los botones y enlaces de llamada a la acción (CTA) juegan un papel crucial en guiar a los usuarios hacia las acciones que deseas que realicen, ya sea suscribirse, comprar un producto o contactar contigo.
Si los usuarios no pueden identificar fácilmente cómo interactuar con tu sitio, es probable que se frustren y abandonen la página sin completar ninguna acción.
Por eso, asegúrate de que los CTAs sean visibles, claros y atractivos. Utilizando colores contrastantes que los hagan destacar del resto del contenido. Por ejemplo, en Gecko Studio, la mayoría de los CTAs tienen un fondo de color verde y el texto en blanco, lo que los hace claramente visibles y uniformes en toda la web.
Además, mantén un diseño coherente para todos, aunque el texto varíe, ya que esta consistencia ayuda a los usuarios a intuir que todos los botones cumplen una función similar, aunque las acciones específicas sean diferentes, creando una experiencia de usuario más intuitiva y cohesiva.
También te recomendamos utilizar textos claros y directos para que los usuarios comprendan inmediatamente qué acción se espera de ellos, con frases como «Comprar ahora», «Suscribirse», o «Contactar».
Ignorar el SEO
La consecuencia más obvia de no implementar SEO en tu web es una menor visibilidad en los buscadores, lo que se traduce en un tráfico web reducido. Sin SEO, tu web tiene menos posibilidades de aparecer en las primeras páginas de los resultados de búsqueda, y como la mayoría de los usuarios no pasa de la primera página de Google, esto significa perder una cantidad significativa de tráfico potencial. Menos tráfico se traduce directamente en menos oportunidades de conversión y, en última instancia, en menores ingresos. No es algo obligatorio dentro del diseño web, pero sí necesario.
Como podrás ver, hay muchas cosas a tener en cuenta para que tu web sea efectiva, atractiva y funcional. Desde la navegación y la adaptabilidad, hasta el contenido actualizado, la velocidad de carga, el diseño atractivo, los CTAs claros y la optimización SEO, cada detalle cuenta para ofrecer una experiencia de usuario óptima y maximizar tus oportunidades de conversión.
Estos son solo algunos de los errores comunes que encontramos frecuentemente, pero hay muchos más que pueden estar afectando el rendimiento de tu web. Si te sientes identificado con lo mencionado o notas algunos de estos errores en tu sitio, no dudes en contactarnos. En Gecko Studio, podemos ayudarte a que tu web despegue y alcance su máximo potencial.